martes, 22 de marzo de 2016

Globicephala melas o calderón común


Como la orca (Orcinus orca), el calderón común pertenece a la familia de los delfines. Es de color negro o gris oscuro, tiene una raya diagonal gris o blanca detrás de cada ojo, y en la región frontal el órgano llamado (melón) bastante desarrollado, que le confiere un aspecto prominente y redondeado a la cabeza. De este carácter toma su nombre en español, puesto que su cabeza se asimila a un caldero. La aleta dorsal tiene forma de hoz, se ubica cerca a la cabeza y se orienta hacia atrás; las aletas pectorales son de color negro y muy largas con una longitud del 15 a 20% de la longitud corporal. Posee un cuerpo robusto; los adultos machos tiene una longitud de entre 6 m y 7,6 m y las hembras entre 5 m y 5,6 m, y alcanzan un peso que fluctúa entre los 1.800 y 3.500 kg. Las crías miden entre 1,8 y 2 metros y pesan unos 75 kg al nacer; para entonces tienen una coloración gris clara.


 Son animales muy sociales, viven en familia y viajan en grupos de hasta cien, organizados en torno a un líder. Son muy activos y con gran frecuencia pueden ser vistos en la superficie. Los especímenes más jóvenes puede ser vistos saltando, pero esta cualidad es rara en los adultos. El calderón común suele respirar varias veces antes de realizar una inmersión de varios minutos. Las inmersiones de cacería, cuando buscan calamares o peces, pueden durar más de 10 minutos. Son capaces de sumergirse a profundidades de 600 metros, pero la mayoría de las veces no superan los 30-60 metros.


Las hembras alcanzan la madurez cuando alcanzan los 3,7 m y los 6 a 7 años de edad, mientras los machos requieren llegar a los 4,6 m y los 12 años de edad. La gestación se prolonga por espacio de 12 a 15 meses, con un periodo entre cada embarazo de entre 3 a 5 años. Las crías en promedio miden 1,8 metros al nacer y pesan unos 102 kg. La crianza dura hasta 22 meses.


Al igual que ocurre con otros delfínidos, los calderones están expuestas a numerosas amenazas debido a la presencia del hombre en sus hábitats. Entre las principales fuentes de riesgo por el simple contacto con el hombre son las lesiones que pueden sufrir por barcos y otros tipos de embarcaciones al chocar con sus hélices.

Otro de los peligros a los que se enfrenta un calderón es el de quedar varado. Cuando esto ocurre, a menudo se debe a haberse desorientado y separado del grupo. Son animales gregarios, con una gran cohesión social, y una vez aislados del grupo son muy vulnerables. En general, todos los cetáceos cuando se hallan lejos de su área normal de distribución sufren las condiciones ecológicas desfavorables y su inadaptación, provocando su muerte por varamiento antes o después

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